Antecedentes: La reasignación de los servicios de salud durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) interrumpió la continuidad de la atención primaria. Este estudio examina las repercusiones de la pandemia de COVID-19 en los indicadores clínicos dentro de la población catalana, haciendo hincapié en las personas con enfermedades crónicas. Proporciona información sobre la mortalidad y las tasas de transferencia considerando perspectivas interseccionales.
Métodos: Diseñamos un estudio de cohorte poblacional, observacional y retrospectivo basado en datos recopilados de forma rutinaria desde enero de 2015 hasta junio de 2021 para todas las personas disponibles en el Sistema de Información para la Investigación en Atención Primaria (Sistema d'Informació per al Desenvolupament de la Investigació en Atenció Primària (SIDIAP)), la base de datos de atención primaria pública más grande de Cataluña. Se incluyeron 6.301.095 personas, que constituyen el 81,6% de la población de Cataluña en 2020. Para realizar un análisis de medidas repetidas de los indicadores, nos centramos en las personas que tenían uno o más indicadores tanto en el periodo prepandémico (enero de 2015 a marzo de 2020) como en el periodo pandémico (marzo de 2020 a junio de 2021), y en aquellas diagnosticadas de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca. Seleccionamos indicadores clínicos clave para el análisis, entre ellos la presión arterial sistólica y diastólica, el índice de masa corporal, el colesterol (total, lipoproteínas de alta y baja densidad), los triglicéridos, la hemoglobina glucosilada, el índice de Barthel y el riesgo cardiovascular (índice REGICOR, acrónimo del Registre del Cor de Girona).
Resultados: Las tasas de mortalidad y traslados aumentaron durante la pandemia, lo que contribuyó a una disminución de la población activa en el sistema de salud público. También observamos una reducción en la prevalencia de pacientes con enfermedades crónicas durante el período pandémico: −26,7% para insuficiencia cardíaca, −15,1% para hipertensión arterial y −14,6% para diabetes tipo 2. Tanto en el período prepandémico como en el pandémico, 1 632 013 sujetos tenían al menos un registro de indicadores clínicos. Los indicadores clínicos empeoraron en los pacientes diagnosticados con enfermedades crónicas durante la pandemia. La mayoría de los indicadores empeoraron, con diferencias entre hombres y mujeres (+9,4% vs +3,7% para el índice REGICOR y −14,1% vs −16,6% para el índice de Barthel en hombres y mujeres, respectivamente), y en una medida similar (o mayor en algunos casos) en individuos sin estas enfermedades.
Conclusiones: Utilizamos datos longitudinales para evaluar las repercusiones de la pandemia de COVID-19 en la salud de la población al tiempo que consideramos una amplia gama de indicadores clínicos y determinantes socioeconómicos. Nuestro análisis muestra un deterioro de los indicadores clínicos durante la pandemia, particularmente en los factores cardiometabólicos, lo que subraya la importancia de la atención primaria continua para las personas con enfermedades crónicas.